miércoles, 7 de abril de 2010

QUINTA TAREA. ESTUDIOS DE LAS AUDIENCIAS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN: MÉTODOS DE TRABAJO Y MEDICIÓN DE LAS AUDIENCIAS.




ANÁLISIS DE AUDIENCIA

El análisis de audiencia consiste en conocer el número de personas que han visto un determinado contenido en un momento dado. Hoy en día la medición o análisis de audiencias se entiende como un estudio cuantitativo, pero que también aporta cierta información cualitativa a estos datos. Así, el fin básico de estos análisis es descubrir el número de personas que escuchan un programa de radio o ven una película en un canal de televisión, pero también puede aportar información más detallada sobre la franja horaria, la edad o el sexo de los consumidores, etc. Estos análisis se realizan principalmente para dos tipos de empresas: los medios de comunicación y las empresas de publicidad.

Estas últimas los utilizan para decidir en qué soporte (escrito, visual o sonoro) van a publicitarse y elegir el medio y, en su caso, la franja horaria para hacerlo. Los medios de comunicación por su lado conocen, a través de la medición de audiencia, el éxito o el fracaso de sus programas, pero no sólo eso, pueden descubrir si un cierto tipo de formato podrá tener éxito en el futuro basándose en sus experiencias pasadas, pueden planificar su parrilla del mejor modo posible gracias a la información obtenida o pueden fijar los precios de publicidad según el programa que estén emitiendo.

Hay dos métodos para la realización de estos estudios. El primero consiste en la agrupación de varios medios de comunicación con el objetivo de llevar a cabo el análisis y el segundo método consiste en el abono individual de las cadenas a empresas especializadas en realizar dichos sondeos. Una vez se tienen los datos de audiencia, estos pueden servir para:

• Facturar a terceros en base a los impactos conseguidos.
• Incorporar los datos a un CR M con el que poder mejorar la oferta de cara
a los clientes.

INFORMACIÓN DE RETORNO

Introducir un método de retorno convierte al sistema en bidireccional, dotando al cliente de información del entorno que podrá utilizar para hacer evolucionar el mismo. El canal se retroalimentará de los eventos del entorno, aprenderá y nos ayudará a ajustar los procesos involucrados en la vida del mismo. El objetivo primordial es conseguir un mensaje mucho más eficaz para lo cual es esencial medir. Es por ello que podemos pensar en una metodología con los siguientes pasos:

• Medir mediante encuestas de alto nivel y datos de venta, etc., para establecer
los objetivos a obtener mediante el canal.
• Registrar lo que está pasando durante la emisión, ya sea mediante los
logs de publicación o la información proveniente de sistemas de medición
automática.
• Cruzar esta información con datos de otras fuentes.
• Analizar para saber cómo el sistema ha logrado los objetivos marcados.

SISTEMAS DE MEDICIÓN

Los sistemas de medición recopilan datos del entorno del punto de visualización. El análisis de estos datos, conjugados con otras fuentes estadísticas llevará a la toma de decisiones que favorezcan la explotación y ajuste del canal. Veamos algunos métodos empleados:


Control de presencia o afluencia

Este tipo de sistemas se basa en sensores que permiten contar las personas que se acercan, entran o salen de un local. De cara al Marketing Dinámico la presencia, por sí misma, no garantiza el éxito del canal.

Control de audiencia

El control de audiencia se mide mediante cámaras capaces de analizar la imagen y detectar el tipo de persona que está frente al punto de visualización. Algunas lo realizan mediante el análisis de los rasgos de la persona midiendo proporciones, otras detectan la forma de moverse de la misma, otras comparando contra bases de datos, etc., para al final clasificar a una persona en un grupo (hombre o mujer, joven o viejo, etc.). Hay que hacer notar que estas cámaras no graban a las personas, sino que recopilan datos sobre las mismas con lo que la protección de la intimidad y el anonimato están garantizados.La medición de la audiencia sí es un dato que ayuda a tomar decisiones sobre la eficacia del mensaje, ya que se entiende que hay una relación directa entre el contenido emitido y la audiencia que lo consume. El análisis estadístico de los datos obtenidos mediante los sensores de presencia y audiencia, son herramientas muy valiosas para reforzar y “tunear” el canal de comunicación dinámica.

Sistemas basados en otros tipos de sensores

Un sensor es un dispositivo capaz de transformar magnitudes físicas o químicas, llamadas variables de instrumentación, en magnitudes eléctricas. Las variables de instrumentación dependen del tipo de sensor y pueden ser por ejemplo la temperatura, la intensidad luminosa, la distancia a un punto, la aceleración, la inclinación, etc.


Medición de audiencias

Sensores de temperatura

Se utilizan termómetros o sensores de humedad que ofrecen información de la temperatura del área donde se encuentra la pantalla de visualización.

Sensores de movimiento

Se trata de sistemas que detectan el movimiento y van desde lo más simple, es decir, detectar que existe movimiento en las cercanías del punto de visualización a complejos sistemas de conteo de alta eficiencia, autónomos y embebidos basados en algoritmos de Inteligencia Artificial o redes neuronales.

Sensores bluetooth

Son sensores capaces de detectar dispositivos bluetooth activados.

Sensores RFID

RFID son las siglas en inglés de Radio Frequency IDentification, identificación por radiofrecuencia, un sistema de almacenamiento y recuperación de datos remotos que usa unos dispositivos denominados etiquetas, transpondedores o tags RFID. El propósito fundamental de la tecnología RFID es transmitir la identidad de un objeto (similar a un número de serie único) mediante ondas de radio. Las tecnologías RFID se agrupan dentro de las denominadas Auto ID (Automatic Identification, o Identificación Automática). Una etiqueta RFID es un dispositivo pequeño, similar a una pegatina, que puede ser adherida o incorporada a un producto, animal o persona. Contiene una antena que les permite recibir y responder a peticiones por radiofrecuencia desde un emisor-receptor RFID. Las etiquetas pasivas no necesitan alimentación eléctrica interna, mientras que las activas sí lo requieren. Una de las ventajas del uso de radiofrecuencia (en lugar, por ejemplo, de infrarrojos) es que no se requiere visión directa entre emisor y receptor. Una posible utilización de las etiquetas RFID es la sustitución de etiquetas físicas en tiendas o supermercados.


WEBGRAFÍA

miércoles, 24 de marzo de 2010

Comentario al artículo de María Pilar Carrera. “Acerca de la plenitud teórica de conceptos en oportuno desuso. ¿Qué se hizo de las masas?”

Telos, nº 74



Poco tiene de discutible que lo que somos está condicionado por lo que nos rodea y esto promueve que nuestra identidad se vaya horneando en una sociedad donde la cultura de la imagen proyecta una realidad “desde el otro lado del espejo”. Hace unos años, no tantos, las personas se relacionaban entre sí cara a cara, pero ahora, esos roles han cambiado y tomamos como real la comunicación que se establece este los medios de comunicación masiva y “la masa” de oyentes y televidentes.

Me viene a la cabeza esa especie de relación que se establece en los programas de máxima audiencia, donde piden un mensaje para votar tal o cual, donde el curso del programa lo dirige el propio espectador. Muchas veces me sorprendo de la cantidad de incautos, ignorantes e ilusos televidentes que caen en las garras de un 806 sintiendo que tienen algo que decir en lo que están televisando. ¿No se dan cuenta de que están financiando mediante el pago de esas llamadas y mensajes a un grupo publicitario, televisivo o lo que sea que fomenta la incapacidad de decisión, la manipulación de masas y la persuasión mediante sugerentes anuncios?

Como señala Mª Pilar Carrera, la masa “comunicativa” –receptores de un mismo mensaje– que, se dice, quedaría anulada desde el momento en que los públicos receptores se fragmentan –ampliación del menú de los medios clásicos– o la recepción misma se convierte en un mosaico y el espectador clásico accede a la emisión, pero aunque el espectador acceda a la emisión, éste, repito, incauto, no es más que un pelele al servicio de las arcas dinerarias de unos vendedores de ilusiones y de sueños que solo se cumplen mientras esté el piloto encendido. Esta idea de hombre-masa es sinónimo de hombre alienado y pasivo consumidor. «Los media electrónicos no sólo debilitan la autoridad permitiendo a aquellos peor situados a nivel jerárquico en la escala social acceder a mucha información, sino también permitiendo incrementar las oportunidades para compartir información horizontalmente. El teléfono y el ordenador permiten a la gente comunicarse sin pasar a través de canales. Este tipo de flujo horizontal de información es otro argumento disuasorio significativo para el liderazgo centralista totalitario» (Meyrowitz, 1985)

Es cierto, el mito de la caverna se hace realidad a diario. Aquel que sale, explora y se libera de sus cadenas se ciega con tanta claridad, y mientras, los encadenados ven pasar la vida de otros en el reflejo de una pared. No sirve de nada gritar, ni rogar que se desprendan de esas cadenas que posiblemente ellos mismos se hayan amarrado, “no den lo santo a los perros (´Prov 9:7; Prov 15:12; Mat 10:14), ni tiren sus perlas delante de los cerdos, para que nunca las huellen (Heb 10:29) bajo los pies, y, volviéndose, los despedacen a ustedes”.

¿Sería posible liberarnos de esas cadenas, ignorar todo canal de difusión masiva?

martes, 16 de marzo de 2010

DEFINICIÓN Y RELACIÓN ENTRE LOS ELEMENTOS COMUNICATIVOS




1.El emisor y la función emotiva o expresiva.

También puede hablarse de emisor, el que emite, y para el oyente, receptor, o el que recibe. El emisor al hablar está expresando algo, o sea, está intentando transmitir una información al otro. En este caso la información es de tipo emotiva, pues cuando habla está expresando una determinada actitud hacia y / o respecto de lo que está diciendo. Por eso se habla de función emotiva, pues la actitud del hablante da la impresión de una cierta emoción, sea esta verdadera o fingida.
Esta función se relaciona con los matices expresivos que use el hablante, como la
alegría, la angustia, la ironía, el desagrado, etc.

2.El oyente y la función conativa.

El oyente es quien recibe el mensaje del hablante. Normalmente se quiere que el oyente reaccione o haga algo, que muestre que recibió el mensaje. Si éste permanece indiferente no hay comunicación. A esto se refiere la función conativa, pues implica alguna acción o reacción del oyente frente al mensaje. Puede verse de manera clara en los mensajes imperativos (orden) o vocativos (llamado), pues en ambos se apela directamente al receptor.

3.El contexto y la función referencial.

Esta función es por la cual, a través del lenguaje, se informa algo. El interés está en el tema, en el referente del mensaje, por ello suele decirse que es esta la función principal de la comunicación. Pero para que pueda captarse la información referencial, esta debe estar inserta en un contexto lingüístico apropiado. De no ser así, la expresión resulta ambigua e incomprensible.

4.El mensaje y la función poética.

En este caso, se refiere a la forma como está estructurado el mensaje, a su organización para que pueda ser correctamente entendido. La función poética se refiere a la buena o mala estructuración del mensaje, y no a su posible potencial lírico. Cuando se aprecia una preocupación del hablante frente a su discurso, mediante la selección y combinación de las palabras, puede decirse que predomina la función poética.

5.El código y la función metalingüística.

El código se refiere al conjunto de símbolos que usamos al hablar; letras, palabras, etc. De este modo puede decirse que cada idioma es un código, así como también los dialectos (variedad regional de una lengua).
Para la comunicación es indispensable que emisor y receptor usen el mismo código, y cuando quiera comprobarse esto y la atención se centre en él, estaremos frente a la función metalingüística. Como ejemplo tenemos frases como: “¿qué dijo usted?”, “¿A qué te refieres con “necesito tiempo”?”, “la palabra gato designa un mamífero carnívoro doméstico”, etc.


6.El contacto y la función fática.

El contacto se refiere a la relación o encuentro entre emisor y receptor. La función fática se refiere a la de algunos mensajes, de iniciar, mantener o interrumpir
la comunicación. Por ejemplo; “Hola”, “¿Qué tal?”, “entiendo”, “adiós”, etc.
Las expresiones lingüísticas cumplen más de una función. Si tomamos como ejemplo: “¿No entiendes lo que te digo?”, podemos identificar, como mínimo, la función metalingüística y la conativa. Por lo mismo, no se da que en un mensaje exista sólo una función, sino que pueden existir varias, pero habrá una que predomine y caracterice el mensaje. En el ejemplo que señalamos, si esta frase se la dice un profesor a su alumno, la función que predomina es la metalingüística, pero si aparece en una discusión entre novios, la función predominante es la que determina el carácter expresivo, o sea, la función emotiva. No obstante, en ambos casos está presente también la función conativa. De este modo vemos que la estructura verbal no agota el significado de la frase, esto es, siempre es posible leer más allá de lo propiamente escrito

miércoles, 10 de marzo de 2010

Hoy a las 20:30 nos encontraremos nuevamente en el chat de Didáctica de la Educomunicación. ¡Nos vemos allí!